Se ha dicho muy poco acerca de este nuevo proceso de negociaciones comerciales en América Latina, esta vez con la Unión Europea. Y muy poco se ha dicho acerca de las similitudes o diferencias con el fallido Tratado Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. ¿Si el TLC con Estados Unidos representa una amenaza para los derechos humanos, hay que suponer que el TLC con la Unión Europea es inmune a este peligro?
Por desgracia, esta suposición parece no tener fundamento, ya que un breve análisis de las principales propuestas y resultados de la primera Mesa de Negociación, celebrada en Bogotá en septiembre, advierte sobre la posibilidad de que estas negociaciones son las mismas, o incluso más duras, que las fracasadas con los Estados Unidos.
Aunque la Unión Europea ha introducido en sus acuerdos comerciales con los países del sur, la llamada "cláusula democrática" en otras secciones de la propuesta del TLC aparecen algunos puntos que los ponen en un estado de vulnerabilidad de los derechos de los habitantes de los países del sur. Basta pensar en la introducción de los llamados "temas de Singapur", que habían sido excluidos de las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ya que se consideran nocivos para la economía nacional.
El proyecto, cofinanciado por la Fondazione Isvara, se propone de:
- bloquear la ratificación del TLC en al menos un parlamento nacional y en el Parlamento europeo.
Además:
- reforzar las alianzas bi-regionales que incluyen movimientos sociales y sindicales que se oponen a este acuerdo comercial
- abrir un debate en los Parlamentos Nacionales y europeos sobre los acuerdos comerciales lanzados por la EU bajo la estrategia global europea.
- promover políticas de inversión que tengan como eje, el desarrollo de las personas, el medio ambiente y los derechos humanos, tanto en Europa como en el Sur.